La fotografía como memoria
Para mi la fotografía es memoria, me ayuda a recordar; pero es cierto que la memoria es subjetiva y finalmente yo construyo a través de la imagen solamente aquello que quiero guardar. Pero el asunto que me hace detenerme a reflexionar, que considero un tanto complicado, no radica en mi fotografía personal, o en mi álbum familiar, sino en las imágenes informativas, aquellas a las que tenemos acceso por medio de los diversos medios de comunicación: medios impresos o internet que finalmente de alguna manera determinan nuestras decisiones y percepción de los acontecimientos del planeta. Las fotografías periodísticas son elementos con los que vamos construyendo nuestra ideología y muchas veces no las cuestionamos.
Desde que apareció la fotografía en 1839, esta ha sido un vehículo de la historia para construir relatos, testimonios y noticias; pero ¿quiénes están a cargo de difundirla y darles un significado determinado? ¿Qué sucede cuándo hay una ideología detrás de la dirección de una fotografía? Es peligroso e irresponsable pensar que la fotografía no está mediada, que no es subjetiva o que nos muestra tal cual es la realidad.
Susan Sontag escribió en su libro Ante el Dolor de los demás acerca del efecto que las imágenes periodísticas tienen sobre nosotros, principalmente en una era en que vivimos una sobresaturación de imágenes.
“(…)en un mundo no ya saturado, sino ultrasaturado de imágenes, las que más deberían importar tienen un efecto cada vez menor: nos volvemos insensibles. En última instancia tales imágenes sólo nos incapacitan un poco más para sentir, para que nos remuerda la conciencia.”
Esto es solamente un llamado, una humilde solicitud, a que nos detengamos a reflexionar un poco más sobre la noticia. A que indaguemos antes de dar una opinión contundente, pues los medios masivos de comunicación son muy poderosos para sembrar opiniones en nuestras mentes y la fotografía como testimonio, aún en la era digital, sigue siendo totalmente verosímil, al punto de dejar de cuestionarla.
Es importante conocer nuestra historia y guardar una memoria pero más importante es poder entenderla para construir recuerdos a partir de la razón.
Termino esta reflexión con otro párrafo de Susan Sontag:
“Quizá se le atribuye demasiado valor a la memoria y no el suficiente a la reflexión. Recordar es una acción ética, tiene un valor ético en y por sí mismo. La memoria es, dolorosamente, la única relación que podemos sostener con los muertos. (…) Y recordar demasiado (los agravios de antaño: serbios, irlandeses) nos amarga. Hacer la paz es olvidar. Para la reconciliación es necesario quela memoria sea defectuosa y limitada.”